POR EL DÍA DE LA MUJER
A propósito del día internacional de la mujer, recuerdo una anécdota que quisiera compartirla.
El primer día en una escuela inicial, tenía
aproximadamente cinco años, iba con la consigna que me había dado mi padre:
cuidar mi lápiz, borrador, tarjador y mi abecedario de cartón.
Me sentaron al lado de una niña de lo más engreída, en un
momento que la profesora salió del aula, la chiquilla cogió mi lápiz Faber
Castell, y con el puño cerrado, lo estrelló contra la carpeta; ciertamente se
partió en dos. Ante esa acción, me quedé mudo de terror por perder mi
herramienta para escribir, evidentemente recordé el mandato de mi padre, intuía
lo que me esperaba al llegar a casa. Lo único que atiné, fue quitarle las dos
mitades, mi inocencia de niño pensó que podía soldarlo; por ese hecho, de
arrebatarle el útil de escritura con fuerza, la niña gritó y lloró como si la
estuviera matando.
Estaba confundido por esa actitud, me asusté de verla
chillando e hipando a moco tendido; hasta que llegó Martha, la profesora. La
maestra sumamente contrariada le preguntó:
¿Qué te paso?
La niña, motivada
y fortalecida por la presencia de Martha, y aumentando los decibeles de sus
gritos, le dijo:
- Ese niño me ha golpeado.
La mujer me miró con el ceño adusto y sin esperar
respuesta, juzgó y condenó; de nada valió la explicación de las
circunstancias, y nunca creyó que únicamente le arranqué las dos
mitades.
Hasta ahora recuerdo lo que dijo:
- "A
las mujeres no se les pega ni con el pétalo de una flor"
Esa anécdota dejo una profunda huella, y siempre recuerdo
lo que dijo Víctor Hugo, el famoso escritor francés:
"Los hombres
tienen la fuerza de la razón, las mujeres tienen la fuerza de las lágrimas, la
razón convence, las lágrimas conmueven".
"Feliz día a
todas las mujeres del mundo".
Arturo Ruiz-Sánchez