INCONGRUENCIA
Cuídame del desabrido otoño y de esta vida incoherente
plagada de corrientes ariscas como árboles desgarrados y dolientes
cuyas hojas amputadas llevan pedazos de mi alma.
Cuídame de esta soledad infinitamente febril y persistente, y sustráeme de las impertinencias y de las desventuras terrenales.
Cuídame de los misterios insondables de las sombras, de los brazos
invisibles y nebulosos de la nostalgia, de los pesares infinitos y
adustos de la vida, del horror de las mentiras, de las hipocresías de
los seres más cercanos.
Despoja de mi presencia la tortuosa compañía de aquellos entes que me brindan besos y abrazos ligeros con dosis de amargura.
Regálame una porción de pausa, de fugaz bálsamo cruelmente balanceado
entre el desánimo y la desesperanza. Unas palabras de alivio para
paliar todos los dolores y escapar de los pavores de la ausencia.
Apacigua de abundancia el ardor de la angustia y escampa la cascada de
sangre de mis esencias y concédeme un impasible firmamento sereno, sin
límites, donde pueda aspirar libremente el privilegio de llorar...
Ahora mi cuerpo se agita en un sollozo atónito a esta realidad
circundante. Y huye en la penumbra de un sigilo con mis pies descalzos y
con el sabor salado de una distraída lágrima en la comisura de mí
noche.
Arturo Ruiz-Sánchez/INCONGRUENCIAS
New York, noviembre, 2014
www.arturoruiz-sanchez.blogspot.com
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