VERANO
La mañana estaba limpia, tibia, azulísima. Se sentía
el fulgor insostenible del día. El sol con su color pintaba casas, veredas y
jardines. Las calles cubiertas de doradas pistas humedecidas por el rocío
matutino, las nubes blanquecinas empujadas y trastornadas por un blando céfiro
primaveral. Los árboles y flores sonreían con sus tiernos brotes del final de
la florida estación. Era el resurgimiento de la naturaleza y la complicidad de
la bella aurora. El olor a tierra húmeda y efluvios de violetas recordando a
Petrarca en sus sonetos calidos y llenos de amor.
Mis pasos resonaban en completa armonía con el despertar de la ciudad. En soledad amena de verdes jardines me dejaba seducir por la algarabía de los niños que relucían y reflejaban gozo. Estaba frente a Queens County Farm Museum, de la little neck Parkway, GLEN OAKS, NY. Observaba setos de hierbas y rosales silvestres, vislumbraba una altiva y antigua fachada en una vía espaciosa, airada, cordial, familiar, de colores alegres y hospitalarios.
Adentro, círculos sonoros repletos de infantes, aliento de imberbes vidas, escondidas, iluminadas, como reflejo del firmamento, como una gota del inmenso astro resplandeciente, como el asomo de las flores tempranas, como mensaje de gratitud elevado al cielo.
Afuera el alma revelada de los padres en los gestos, en los rostros, discursos y coplas. Ni plebe, ni burguesía
Mis pasos resonaban en completa armonía con el despertar de la ciudad. En soledad amena de verdes jardines me dejaba seducir por la algarabía de los niños que relucían y reflejaban gozo. Estaba frente a Queens County Farm Museum, de la little neck Parkway, GLEN OAKS, NY. Observaba setos de hierbas y rosales silvestres, vislumbraba una altiva y antigua fachada en una vía espaciosa, airada, cordial, familiar, de colores alegres y hospitalarios.
Adentro, círculos sonoros repletos de infantes, aliento de imberbes vidas, escondidas, iluminadas, como reflejo del firmamento, como una gota del inmenso astro resplandeciente, como el asomo de las flores tempranas, como mensaje de gratitud elevado al cielo.
Afuera el alma revelada de los padres en los gestos, en los rostros, discursos y coplas. Ni plebe, ni burguesía