Expatriado desdoblamiento, el
arte de escribir de Pablo Martínez Burkett
Junto a la inteligencia creativa, una de las cualidades que más aprecio en
un escritor es su capacidad para reírse de sí mismo, de sus personajes y de las
situaciones que expone.
Los temas de ciencia ficción, fantasía y terror nunca han figurado entre
mis favoritos. Sin embargo la hábil construcción de imágenes y el educado uso de
las palabras que Pablo Martínez Burkett imprime a sus relatos en “Forjador de
penumbras” (2011) y “Los ojos de la divinidad” (2013) lograron seducirme.
Su fluida prosa, pródiga en referencias de carácter histórico y geográfico,
manejada con delicioso sentido del humor, me ha permitido viajar por una
extensa gama de disciplinas que incluyen el ocultismo, el esoterismo y la
metafísica. Pero sobre todo me ha transportado a los recodos más oscuros de la
mente humana, cuyas peligrosas trampas han sido en numerosas ocasiones escenario
de mis propios e íntimos sueños.
El mayor regalo de la literatura es la magia de sentir que la soledad ha
terminado. Al abrigo de sus textos, Martínez Burkett me ha provisto de una
compañía existencial que ha calmado por un momento la tormenta de mi espíritu.