QUERIDO VIEJITORECORDANDOTE A UN TIEMPO DE TU PARTIDA
Hoy te recordamos como ayer, como aquellos dias de nuestras vidas.
Querido amigo, que el Gran Arquitecto del Universo te bendiga siempre.
LA NIEVE DE MARZO
La nieve de Marzo de este primer lunes tiñó los senderos con un manto blanquecino, recordándonos que aun el invierno se resiste a sucumbir.
Con cautelosos pasos voy transitando por las calles cubiertas por la amarga nieve y siento que mis piernas están balanceándose, como vibrando el hielo parduzco de pistas y veredas.
A lo lejos, en la colina inquebrantable se escucha una risotada con aires de tristeza, luego casi en la penumbra de la tarde silenciosa los cuerpos rendidos yacen en la refulgente nevada, y el presuntuoso vecindario se demacra ante la voluptuosidad del temporal.
Después, en la confusión de la ebria noche rociada de vino existencial, los caminos son severos y el suspiro es áspero, las estrellas brillan por su ausencia y la luna se esconde somnolienta tras un negro sueño y suenan las campanas tal vez en cercanía de una iglesia, y cada repique desgarra mi corazón entumecido, y mis oídos aun te escuchan largamente y mis ojos, mis ojos aun guardan tu imagen prístina y transparente.
Viejito lindo, tu esposa, tus hijos, nietos, bisnietos, familiares, amigos, te recuerdan. Descansa a la gloria del Gran Arquitecto del Universo.
Arturo Ruiz-Sanchez
La nieve de Marzo de este primer lunes tiñó los senderos con un manto blanquecino, recordándonos que aun el invierno se resiste a sucumbir.
Con cautelosos pasos voy transitando por las calles cubiertas por la amarga nieve y siento que mis piernas están balanceándose, como vibrando el hielo parduzco de pistas y veredas.
A lo lejos, en la colina inquebrantable se escucha una risotada con aires de tristeza, luego casi en la penumbra de la tarde silenciosa los cuerpos rendidos yacen en la refulgente nevada, y el presuntuoso vecindario se demacra ante la voluptuosidad del temporal.
Después, en la confusión de la ebria noche rociada de vino existencial, los caminos son severos y el suspiro es áspero, las estrellas brillan por su ausencia y la luna se esconde somnolienta tras un negro sueño y suenan las campanas tal vez en cercanía de una iglesia, y cada repique desgarra mi corazón entumecido, y mis oídos aun te escuchan largamente y mis ojos, mis ojos aun guardan tu imagen prístina y transparente.
Viejito lindo, tu esposa, tus hijos, nietos, bisnietos, familiares, amigos, te recuerdan. Descansa a la gloria del Gran Arquitecto del Universo.
Arturo Ruiz-Sanchez
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