Rafa es un falso taxista. En realidad, es un jornalero del volante. Cuando las circunstancias lo permiten se levanta muy temprano para esperar a sus "afortunados clientes". Los años y los golpes de la vida lo han transformado. Hoy por hoy, es cuasi honesto. Ha pasado gran parte de su estadía en este país de contradicciones, trabajando como conductor de taxi sin mayores sobresaltos.
Todos los días
carga unas cuantas libras de historias que lleva consigo para entregarlas antes
de media noche en medio de ese lenguaje embrollado de barrio.
Lo sabe casi
todo en el arte de la "escapatoria social". Que significa manejar un
auto con más independencia que su vida misma, desde que tenía catorce años en
su natal Santiago de Macorís, “donde los menores no trabajan en una moto por
necesidad, sino por prestigio social”. Conoce
casi todo de: sistema de arrastre, bujías, válvulas, alternadores y todo lo que
el “Junker” le pueda
proporcionar. Cada vez que le roban alguna pieza o que
su economía no le permita, acudirá a Newark, donde hallará las piezas que
necesita.
Tiene tres
hijos (aunque uno es “entenado”, como él dice).
A veces se entrega al “desorden”, cuando el día no ha sido suficientemente bueno para solventar una escapadita de domingo por la noche en las calles oscuras de la ciudad.
Rafa a pesar
del tiempo aún no sabe los alcances del reglamento de tránsito de este estado,
pero igual participa cuando puede, movilizando a distraídos pasajeros por
la Elizabeth Ave. El no tiene Medallón (permiso para circular como transporte
público) ni licencia para tal fin, pero "eso" para él, no es
relevante.
Cuando bebe
algunas latas de cerveza se siente con la misma autoridad que un oficial de policía.
Piensa que a ellos se les puede coimear
(sobornar) por no tener su medallón. Conduce por las calles ganándole pasajeros
al bus de la línea veinticuatro "A" y se ríe del miedo de las señoras
que lo observan cuando es pillado en situación de piratería. En realidad no lo
miran a él, si, al grupo que lo señala como infractor, pero él actúa como si
las circunstancias no le importaran y arremete con el auto cada espacio que le
sirve para huir, golpeando y molestando la tranquilidad y seguridad de sus
asustados pasajeros.
A
pesar de todo, es feliz por un momento. Por la noche cuando hay juego de
béisbol siempre termina escuchando merengue, bachata, y disfruta de los
tres cuartos de alcohol químico que lleva en sus venas. Luego se queda dormido
por un momento hasta despertar casi de madrugada, a esas horas suele darse una
vuelta con su auto color amarillo con las ventanillas abiertas haciendo volar
el cabello de alguna vecina que se atreve a subir al coche, lo hace a toda
velocidad como si se tratase de Michael Schumacher de las Atenas de Elizabeth,
al que solo le quedan cinco dólares para el combustible, el cual habrá
transformado la alegría del paso, para convertirlo en trabajo.
Rafa es mi
vecino, uno de la media docena que existen por el “barrio”, debe ser el más
tranquilo porque al menos vuelve alguna noche al apartamento y atiende con
mucha diligencia el desayuno popular al cual ha incluido a su familia por
supuesto. Los domingos hace a veces de feligrés ocasional en la parroquia,
obviamente en horario para los latinos. También ha tenido que dormir en el
asiento trasero de su taxi durante casi dos meses, porque no reunió la cantidad
de dólares para la renta.
Dicen los
vecinos que es un buen padre, se le ve paseando y cargando "cuando
esta sobrio" a su última hija, una pequeña tan delgada que pareciera
que pudiera quebrarse, señal inequívoca de lo pesado que puede ser
conducir el auto en tiempos de crisis, y donde todo mundo hace lo que puede
para existir, y siguiera atender alguna necesidad de los vástagos.
No es viejo,
tendrá unos cuarenta y cinco años, pero lo confunden con el abuelo de su
pequeña, se ríe, porque si algo sabe hacer Rafa, es reírse con ganas de todo lo
que le sucede en la vida, aunque contradictoriamente aumente sus arrugas.
"Eso" no le interesa, porque sabe que no
estará dentro de poco para no cargar la sensación que significa no saber que le
depara cada día.
Creo que me
mira con respeto porque cree que soy periodista, de repente es miedo o
vergüenza de tener un vecino: “chismoso", como él y su mujer con
“ternura”, me llaman.
A veces… ellos
quieren que les “cuente la última”, solo lo hago para que piensen que soy
el alzado que empieza a llegar al barrio. Hablo y hablo sabiendo que no todo
llegará a convencerlos, a veces exagero para picarlos, pero no encuentro
una respuesta que nos lleve a otro tema. La crisis es sin duda un tema de su
especialidad, amén de otras contrariedades, "eso" significa que
se van a involucrar un poco más en cualquier problema y "eso"
será motivo para protestar. Por "eso", estas últimas noticias de la
reforma migratoria, es el tema del día.
-Rafa, vas a
ir directo a la cárcel si manejas ebrio y te accidentas. Le digo,
-Yo no. Dice.
-Porque nunca
manejo borracho, podré ser borracho, pero en mi casa o con mis amigos. Alega.
-Pero, si no
tienes tu licencia de conducir para servicio público te van a quitar el auto y
lo van a internar. Le repito para hacerlo entrar en razón.
-No, no creo,
mis papeles están en regla y hasta certificado de certificación
tengo.
-! Ah!, ya sé
rafa, pero si haces la ruta de la Elizabeth Avenue te van a multar con mil
dólares. Sentencio.
-No pasa nada primo.
Replica.
-Tengo que
hacerlo, si no de donde sale el dinero para los “biles”; y si me pillan alguna
vez, la policía no me va a poner tickets porque antes yo me les voy a
adelantar.
- Una
cosa. Me dice:
-Ese
reglamento que dices, ¿Es también para los ciudadanos?
-Si. Le
contesto.
- Pero, ¿También
para los menores de edad? Me interroga.
-Los menores
de edad no pueden manejar. Le digo.
-La ley no
hace distinciones. Vuelvo a ironizar
- Pero en
serio. Me insiste.
- Por
ejemplo, también se aplica a las autoridades o a los autos con lunas oscuras.
- No joda
vecino. Me dice.
-Si es así,
entonces sigo manejando porque tendré trabajo ya que nadie podrá hacerme la
competencia, eso creo, pero mejor sigamos hablando de la serie mundial de
Béisbol…
Arturo
Ruiz-Sánchez/JORNALEROS
la descripcíon de un trabajador nato , en país que presenta muchas controversias me gusta
ResponderEliminarComo has mejorado este blog, ahora si es mas dinámico!! A parte de interesentatísimo. te escribo la dirección de mi blog: http://www.nomeacuerdo-com.lacoctelera.net/
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